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Sala de prensa
11/03/2011
Conferencia
Fernando Álvarez Balbuena habla de las Cortes de Cádiz
Fué en el Ateneo el viernes 11 de marzo. CLIQUEE EN EL TÍTULO PARA OBTENER MÁS INFORMACIÓN.

El VIERNES, día 11 de MARZO, a las 19,00 horas, se celebró la
conferencia “LAS CORTES DE CÁDIZ EN EL II CENTENARIO DE SU
CONVOCATORIA” por FERNANDO ÁLVAREZ BALBUENA.
Presentó: Ramón Baragaño, escritor
FERNANDO A. BALBUENA (Gijón, 1933)
Doctor en CC. Políticas y Sociología. Licenciado en Derecho. Diplomado en Óptica y Optometría
Hizo sus primeros estudios en el Colegio de la Inmaculada (pp. jesuítas) de Gijón y, posteriormente Derecho en la U. de Oviedo, donde tuvo gran relación con Torcuato Fdz. Miranda; posteriormente se doctoró en CC. Políticas en la Uned e hizo Optometría en CSIC y en la U de Granada.
Dirige una Empresa de óptica propia en Avilés con 32 empleados y, llevado de sus aficiones a las CC. políticas ha escrito numerosos artículos en revistas especializadas y en periódicos de la provincia, y ha publicado los siguiente títulos: "La Gloriosa Revolución de 1868", que incluye una biografía del General Prim y otro titulado "Tres ensayos sobre sociología política", en el que se estudian las figuras de Palacio Valdés, Unamuno y Maquiavelo. Tiene en prensa otro libro que saldrá en febrero titulado "Figuras y Paisajes politicos de la España del siglo XIX".
Fundador de la Sociedad Económica de Amigos del País de Avilés, ha dado numerosas conferencias en la sede la misma y, también en el Ateneo de Gijón el 15 de abril de 2009, sobre la masonería.
SÍNTESIS
Las Cortes de Cádiz y el tiempo en que se desarrollaron, vienen adornadas por la historiografía patriótica (yo diría, más bien, patriotera) de una falsa orla de heroísmo y de un inmarcesible sentido de sublimidad. Estos condicionamientos distan tanto de la realidad objetiva que merece la pena meditar un poco en el procedimiento crítico y de visión general y compacta para poner las cosas en sus justos término y medida, desprendiéndolas de toda la hojarasca que falsamente las circunda.
Por ello y en virtud del rigor histórico que se pretende ejercer en ésta conferencia, serán muchos los mitos históricos que se desmontarán y no de una forma gratuita y “porque sí”, sino porque la realidad desmiente la ficción y el tiempo, que a todo y a todos pone en su verdadero lugar, ha hecho que investigadores e historiadores, con el estudio, la meditación, la inferencia, la psicología y el concurso de todas la ciencias empíricas y sociales como auxiliares de la Historia, han abierto caminos que hasta hace muy pocos años estaban completamente cegados por una historiografía interesada en transmitir el heroísmo del pueblo español en base a unas ideas, o mejor dicho, a unas ideologías políticas, que a día de hoy la ciencia ya ha superado.
La escuela primaria, dicho sea de paso, ha sido en gran parte culpable de la transmisión de estos prejuicios que, aún hoy, son difíciles de superar por mucha gente a la que se ha educado en las dudosa grandiosidad de las glorias patrias y a las que nadie ha puesto en tela de juicio. El método científico, precisamente, consiste en no dar nada por cierto sin someterlo a la crítica y a la verificación rigurosa, tal como preconiza la escuela de Annales que ha permitido que la Historia se haya convertido en una ciencia social y política y no en una mera relación de hechos deficientemente interpretados o, lo que es peor, como en el caso que nos ocupa, interesadamente deformados.
Presentó: Ramón Baragaño, escritor
FERNANDO A. BALBUENA (Gijón, 1933)
Doctor en CC. Políticas y Sociología. Licenciado en Derecho. Diplomado en Óptica y Optometría
Hizo sus primeros estudios en el Colegio de la Inmaculada (pp. jesuítas) de Gijón y, posteriormente Derecho en la U. de Oviedo, donde tuvo gran relación con Torcuato Fdz. Miranda; posteriormente se doctoró en CC. Políticas en la Uned e hizo Optometría en CSIC y en la U de Granada.
Dirige una Empresa de óptica propia en Avilés con 32 empleados y, llevado de sus aficiones a las CC. políticas ha escrito numerosos artículos en revistas especializadas y en periódicos de la provincia, y ha publicado los siguiente títulos: "La Gloriosa Revolución de 1868", que incluye una biografía del General Prim y otro titulado "Tres ensayos sobre sociología política", en el que se estudian las figuras de Palacio Valdés, Unamuno y Maquiavelo. Tiene en prensa otro libro que saldrá en febrero titulado "Figuras y Paisajes politicos de la España del siglo XIX".
Fundador de la Sociedad Económica de Amigos del País de Avilés, ha dado numerosas conferencias en la sede la misma y, también en el Ateneo de Gijón el 15 de abril de 2009, sobre la masonería.
SÍNTESIS
Las Cortes de Cádiz y el tiempo en que se desarrollaron, vienen adornadas por la historiografía patriótica (yo diría, más bien, patriotera) de una falsa orla de heroísmo y de un inmarcesible sentido de sublimidad. Estos condicionamientos distan tanto de la realidad objetiva que merece la pena meditar un poco en el procedimiento crítico y de visión general y compacta para poner las cosas en sus justos término y medida, desprendiéndolas de toda la hojarasca que falsamente las circunda.
Por ello y en virtud del rigor histórico que se pretende ejercer en ésta conferencia, serán muchos los mitos históricos que se desmontarán y no de una forma gratuita y “porque sí”, sino porque la realidad desmiente la ficción y el tiempo, que a todo y a todos pone en su verdadero lugar, ha hecho que investigadores e historiadores, con el estudio, la meditación, la inferencia, la psicología y el concurso de todas la ciencias empíricas y sociales como auxiliares de la Historia, han abierto caminos que hasta hace muy pocos años estaban completamente cegados por una historiografía interesada en transmitir el heroísmo del pueblo español en base a unas ideas, o mejor dicho, a unas ideologías políticas, que a día de hoy la ciencia ya ha superado.
La escuela primaria, dicho sea de paso, ha sido en gran parte culpable de la transmisión de estos prejuicios que, aún hoy, son difíciles de superar por mucha gente a la que se ha educado en las dudosa grandiosidad de las glorias patrias y a las que nadie ha puesto en tela de juicio. El método científico, precisamente, consiste en no dar nada por cierto sin someterlo a la crítica y a la verificación rigurosa, tal como preconiza la escuela de Annales que ha permitido que la Historia se haya convertido en una ciencia social y política y no en una mera relación de hechos deficientemente interpretados o, lo que es peor, como en el caso que nos ocupa, interesadamente deformados.