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 Sala de prensa

20/01/2012
 ENTREVISTA EN EL DIARIO "EL COMERCIO" DE GIJÓN

«El cheque-bebé no sirve, hay que gravar el no tener hijos»

(Haga clic en el titular para consultar la información)

El ingeniero avilesino ALEJANDRO MACARRÓN, que el 27 de ENERO hablará en el ATENEO JOVELLANOS de Gijón sobre "El suicidio demográfico de España", ha concedido una entrevista al diario EL COMERCIO en la que, a preguntas de la periodista CHELO TUYA, analiza las consecuencias de la caída de la natalidad en España. Por su interés, reproducimos en está página web la conversación publicada en el rotativo asturiano.
alejandro-macarron.jpg

«Somos más comodones y menos esforzados que antes». Ése es el resumen que de la caída de población que sufre España realiza Alejandro Macarrón. Avilesino de nacimiento y madrileño de residencia, este ingeniero reconvertido en analista es el autor de 'El suicidio demográfico de España'. El estudio, prologado por el economista Juan Velarde, analiza las causas de la bajada de natalidad en España desde 1975, en las que el autor se niega a incluir los problemas económicos o las dificultades para conciliar la vida laboral con la familiar. Insiste en que la sociedad «tiene otras prioridades» y apunta como soluciones las penalizaciones económicas «quien no tenga hijos debe pagar más de IRPF o tener menos pensión». De no cambiar la situación, dibuja un panorama de despoblación, en el que Asturias será una de las regiones más perjudicadas. El próximo día 27 defenderá sus tesis en la conferencia organizada por el Ateneo Jovellanos en el Casino de Asturias, con el patrocinio de EL COMERCIO.
-Dibuja usted un panorama apocalíptico de la España del futuro.
-Es que caminamos hacia el abismo. Tenemos una de las natalidades más bajas del mundo y seguimos bajando. Estamos en una situación que no se había dado nunca en la historia. Con la esperanza de vida más alta, sin guerras y, sin embargo, mueren más personas que nacen. Es inaudito, pero está ocurriendo y, lo peor, es que a los gobiernos no parece importarles.
-Niega usted en su libro que se deba a la carestía de la vida o a los horarios laborales.
-Es que no es verdad. En otros países, con situación similar, la tasa de natalidad es más alta. Y si miramos a España, no vemos que las clases más altas tengan más hijos que las que tienen menos recursos. Hemos priorizado un nivel de vida y una situación económica a tener hijos. Y, cuando logramos el nivel que queremos, muchos ven que se les ha pasado el arroz.
-Critica las leyes del divorcio express y la del aborto, a las que ve fomentadoras de la baja natalidad. Incluso apunta frases tan duras como que en España se matan 100.000 niños al año.
-¿Qué es, entonces, un aborto? Son niños que no nacen. No es que esas leyes sean las culpables de la baja natalidad, pero sí es un ejemplo de la política desincentivadora que se ha seguido en este país. El aborto, que es un asunto que divide al país, puede ser necesario, pero no un derecho. No algo guay, que es lo que se ha inculcado.
-Perdone, pero no creo que para nadie el aborto sea algo 'guay'.
-Efectivamente. Es un drama. No creo que ninguna mujer que haya abortado lo haya olvidado. Pero es que es la filosofía que se ha transmitido: «El matrimonio no tiene porqué durar» y «abortar es fácil». No obstante, aunque explico eso en el libro, también digo que, realmente, no se puede centrar en esas leyes el problema, ya que la caída de población comenzó en 1975. Es un problema, ya digo, de valores, de que hemos apostado por tener mejor empleo y mejor situación y, al final, los hijos han pasado a un segundo plano.
-No le gusta como solución el cheque-bebé. En Asturias van a recuperarlo este año.
-Es que el cheque-bebé, por sí solo, no sirve. Es necesario gravar a los que no tienen hijos. El cheque-bebé que ofreció Zapatero no generó más natalidad, porque con 2.500 euros ninguna familia se plantea tener hijos. Dar ayudas a la natalidad supondría un gasto tan grande que ninguna administración se lo puede permitir. Además, es una aberración que nos paguen por tener hijos, cuando es algo que deberíamos hacer gratis. Por nuestra supervivencia.
«Burkas a tutiplén»
-Su solución es gravar a las parejas sin hijos.
-Es que es una alternativa que beneficiaría a todos. Las parejas que no tienen hijos ya se benefician, porque un hijo cuesta un riñón. Por ello, también es justo que en sus pensiones, por ejemplo, tengan un recorte del 10%. Y que paguen más de IRPF o que las familias con hijos tengan exenciones.
-Y potenciar la llegada de inmigrantes, pero pone el acento en procedencias 'que mejor se integre en España', como la latina o la europea. Dice usted que pronto 'habrá burkas a tutiplén'
-A mi no me gustan los burkas y creo que a nadie. Y es un hecho que el único partido xenófobo de España surgió en Cataluña, donde más población musulmana hay. Dicho esto, tengo que dejar claro que la verdadera tragedia no es que vengan musulmanes, es que no vengan inmigrantes.
-Por el momento, ningún partido ha recogido ese guante.
-Lo hizo, a medias, el PP. En su programa lleva exenciones para las mujeres, algo con lo que no estoy de acuerdo. El hombre es ya un ciudadano de segunda. Menos en la gestación y en el parto, yo soy tan partícipe de la maternidad como mi mujer. La despoblación es un problema muy grave.
-La despoblación de España, pero no la del mundo. ¿No es una visión muy localista?
-Ese mito de que el mundo está superpoblado es eso, un mito. No es cierto. Además que yo, en este tema, me pongo la boina. Defiendo que haya población en España y, por supuesto, en Asturias, que avanza hacia la despoblación. El resto del país paga ya la jubilación de los asturianos.

 

ACLARACIÓN DE RICARDO MACARRÓN

D. Ricardo Macarrón nos ha dirigido una nota en la que matiza las declaraciones publicadas en el diario "El Comercio", nota que reproducimos integramente

"MENOS IMPUESTOS PARA TODOS, Y AÚN MENOS PARA QUIEN TIENE (MÁS) HIJOS"

"Eso es lo que vengo a decir en mi libro “El suicidio demográfico de España”, que no es exactamente lo mismo que el título de la entrevista que me hicieron y fue publicada el viernes pasado en “El Comercio”, y que levantó gran polvareda: “El cheque-bebé no sirve. Hay que gravar el no tener hijos”. Por ese motivo, como ciertamente no acerté a transmitir con la suficiente nitidez en esa entrevista mis ideas al respecto –las cuales expongo en mi libro, como se aprecia en el extracto del mismo adjunto-, creo oportuno recapitular lo que pienso sobre la cuestión, que en síntesis es lo siguiente:
1.- Hay que bajar los impuestos a todos los contribuyentes -en cuanto la agudísima crisis financiera del Estado lo permita- y reducir drásticamente el gasto público, porque los impuestos en España son escandalosamente altos (el doble o más en proporción al PIB que cuando se instauró la democracia en nuestro país), como escandalosamente alto es el nivel de gasto público despilfarrador, y porque hay muchos servicios y prestaciones que actualmente dan al ciudadano las administraciones públicas que proveería mucho mejor el sector privado. Y porque el estratosférico nivel actual de presión fiscal, que drena los bolsillos de los españoles y alcanza niveles confiscatorios, es otra causa más de que los españoles se lo piensen varias veces antes de tener (más) hijos.
2.- Dicho lo cual, sea cual sea el nivel de presión fiscal en España, es muy conveniente que haya desgravaciones fiscales en proporción al número de hijos de cada contribuyente, en una cuantía razonable, ya que quien tiene más hijos incurre en un gasto extra para criar a su prole, un bien público que sólo por existir mejora las expectativas del país, y que sostendrá la economía, las pensiones y la sanidad del mañana. Sólo en ese sentido habría que gravar (más) el no tener hijos. Y al tiempo, gravar menos fiscalmente y en cotizaciones a la Seguridad Social, y primar en pensiones de jubilación, a quienes tienen más hijos. Sin más niños ahora, en una sociedad como la nuestra, en una senda de suicidio demográfico por falta de bebés -aún más pronunciado en regiones como Asturias-, mañana no habrá ni prosperidad, ni pensiones ni nada. Y a quienes no tienen niños también les conviene, y mucho, que los demás sí los tengan, porque su propia madurez y vejez serán mucho más duras en un país decrépito que en uno pleno de vida nueva. Por lo tanto, un esquema razonable de desgravaciones fiscales, reducciones en las cuotas a la SS y elevación de pensiones en proporción al número de hijos de cada uno, no sólo sería justo, sino bueno para toda la sociedad, incluidos los que menos hijos tienen.
3.- El cheque-bebé no sirve porque, para que fuera realmente motivador, tendría que ser de una cuantía tan elevada que la carga fiscal extra que se necesitaría para financiarlo sería muy gravosa para la economía y las propias familias. De hecho, el cheque-bebé de ZP no aportó apenas nuevos nacimientos en España, pero engordó nuestras alforjas de deuda pública.

Extracto del libro “El suicidio demográfico de España”
Las medidas económicas correctas por parte del sector público para favorecer la natalidad tendrían que ir en una doble línea. Por una parte, para que las familias tengan más dinero, la economía vaya mejor, y se reduzca con ello el esfuerzo económico familiar por tener hijos, habría que hacer lo que de todos modos necesitamos para mejorar las perspectivas de la economía española: recortar el gasto público y la carga impositiva, y realizar las reformas estructurales que permitan mejorar la productividad y la competitividad de las empresas españolas.
Por otra, se debería introducir un bonus/malus en impuestos, pensiones y cotizaciones a la SS según los hijos de cada uno, premiando a los más fecundos por su mayor aportación al futuro de España y su sobrecoste al tener más niños. Esto es, que quienes tuviesen más hijos que la media, tendrían derecho a reducciones permanentes en el impuesto sobre la renta y en las cotizaciones a la Seguridad Social, y a una mayor pensión, sobres los niveles promedio. Y que quienes tuviesen menos hijos que la media, tendrían un incremento en impuestos y cotizaciones, y una reducción en su pensión pública de jubilación.
Esta medida de incentivar la fecundidad con cargo a desincentivo simultáneos y equivalentes en cuantía a la infecundidad, propuesta por el autor en un artículo aparecido en el diario de información económica “Expansión” el 8 de febrero de 2010 -que fue recogido por la web eurotopics.net del gobierno alemán como uno de los once artículos más interesantes publicados aquel día en la prensa europea-tendría unos fundamentos más sólidos que las meras ayudas económicas directas por el Estado, y efectos positivos mucho mayores, ya que:
? Al no costar ni un euro neto al contribuyente / familia promedio, esto no sería gravoso para la economía como los cheques-bebé u otras ayudas directas a la natalidad.
? Los que tienen más hijos producen un bien público esencial (niños), cuya crianza les cuesta dineros y esfuerzos extra frente a los que tienen menos hijos o no tienen, y que por ello puede ahorrar más. De esta forma, se compensaría a quienes aportan más a la continuidad de la sociedad, se sacrifican y gastan dinero para ello, y se haría lo contrario con quienes menos niños contribuyan al futuro del país. Y al tratarse de una compensación continua, sería mucho más motivadora que un pago único como el cheque-bebé.
? Esta medida también beneficiaría a los menos fecundos, porque como el nivel actual de natalidad es tan insuficiente, sin más niños no habrá pensiones públicas mañana, los ahorros privados valdrán mucho menos, y la economía se contraerá o hundirá. Por ejemplo, con un bonus / malus en pensiones del 10% por cada hijo de más o menos respecto de la media, los que no tienen hijos, al haber ahora unos 1,4 hijos por mujer, cobrarían un 14% menos de pensión. Y si gracias a ésta y otras medidas la natalidad repuntase, por ejemplo, un 25% (hasta 1,75 hijos por mujer), y con ella el PIB futuro fuese un 25% mayor, incluso quien no tuvo hijos podría tener una pensión superior -y en todo caso más segura- y sus propiedades valdrían más".

 

 

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