Usted está en: Listado de Noticias
Sala de prensa
15/06/2012
CONFERENCIA
Adolfo García Martínez: "Los vaqueiros de alzada no son una raza sino un grupo social con una forma de vida distinta, como ya intuyó Jovellanos"
(Haga clic en el titular para consultar la información)
Moros, judíos, cobardes... Los vaqueiros de alzada de Asturias han sido despreciados y marginados, "pero no porque fueran una raza distinta, sino porque fueron un grupo social muy poderoso en su tiempo -tuvieron tierras propias y ganado, fueron comerciantes y tenían el monopolio de la arriería-, y ellos mismos favorecieron su aislamiento y la endogamia para no perder la cohesión social". Esa es la tesis que sostuvo el antropólogo ADOLFO GARCÍA MARTÍNEZ, quien el JUEVES 14 de JUNIO de 2012 pronunció en el ATENEO JOVELLANOS de Gijón la conferencia titulada: “LOS VAQUEIROS DE ALZADA DE ASTURIAS (UN ESTUDIO HISTÓRICO-ANTROPOLÓGICO)”, presentando el libro del mismo título publicado por KRK. Sobre la obra y el coloquio ha publicado el periodista ALBERTO PIQUERO el artículo "Una cultura particular" en el diario "El Comercio" que, por su interés, reproducimos a continuación.

"La singularidad de los vaqueiros de alzada en Asturias vendría a ponerse en evidencia mediante ejemplos como el que ayer comentaba el autor del libro presentado en el Ateneo Jovellanos, Adolfo García Martínez, profesor de Antropología Social y Cultural de la UNED, referido a un episodio de carácter más o menos anecdótico, pero a la vez muy significativo. Aludía a un capitán de la tropas de Felipe II, de nombre Diego de las Marinas, el cual consideró la posibilidad de castrar a todos los vaqueiros para que se extinguiera su progenie. Desde entonces, ninguna familia vaqueira ha bautizado a un hijo suyo con el nombre de Diego.
Más allá de las curiosidades, García Martínez estableció que «el fenómeno vaqueiro no es unívoco, pues surge a lo largo de doce o trece concejos asturianos, entre las cuencas del Nalón y el Navia, con diferencias y matices entre el Occidente y el Oriente».
Situó ese momento histórico en los finales del siglo XV, con lo que al paso respondía a aquellos estudiosos que alguna vez se han preguntado los motivos por los que antes del siglo XV no había existido persecución de los vaqueiros. La respuesta no podría ser más sencilla: «Antes del siglo XV, los vaqueiros no existían».
¿Cuál fue su origen? Para el profesor Adolfo García, se encontrarían sus raíces en un colectivo que se corresponde con una mención documental histórica a unos «ganaderos del Principado», los cuales podrían proceder de «segundogénitos que se hubieran quedado sin tierras familiares, de mano de obra de los rebaños concejiles o incluso de mano de obra de la nobleza». Nada que ver con las hipótesis que los adscriben a un criterio de raza.
Esa coyuntura obedecería, por otro lado, a «la explosión demográfica que se produjo en toda Europa Occidental en el siglo XVI, lo que favorecería una mayor presión sobre los territorios», entrando en juego la competencia de los diversos grupos sociales.
Los vaqueiros de alzada se irían consolidando a lo largo del siglo XVII, en el que ya constan «sus propiedades de ganado y de recursos importantes». En el XVIII, también introducen su apuesta por la liberación de las gabelas de los cotos señoriales y monásticos mediante pagos a plazos, llegando a convertirse en «concejos aparte»". ALBERTO PIQUERO, "El Comercio", 15/06/12.
Más allá de las curiosidades, García Martínez estableció que «el fenómeno vaqueiro no es unívoco, pues surge a lo largo de doce o trece concejos asturianos, entre las cuencas del Nalón y el Navia, con diferencias y matices entre el Occidente y el Oriente».
Situó ese momento histórico en los finales del siglo XV, con lo que al paso respondía a aquellos estudiosos que alguna vez se han preguntado los motivos por los que antes del siglo XV no había existido persecución de los vaqueiros. La respuesta no podría ser más sencilla: «Antes del siglo XV, los vaqueiros no existían».
¿Cuál fue su origen? Para el profesor Adolfo García, se encontrarían sus raíces en un colectivo que se corresponde con una mención documental histórica a unos «ganaderos del Principado», los cuales podrían proceder de «segundogénitos que se hubieran quedado sin tierras familiares, de mano de obra de los rebaños concejiles o incluso de mano de obra de la nobleza». Nada que ver con las hipótesis que los adscriben a un criterio de raza.
Esa coyuntura obedecería, por otro lado, a «la explosión demográfica que se produjo en toda Europa Occidental en el siglo XVI, lo que favorecería una mayor presión sobre los territorios», entrando en juego la competencia de los diversos grupos sociales.
Los vaqueiros de alzada se irían consolidando a lo largo del siglo XVII, en el que ya constan «sus propiedades de ganado y de recursos importantes». En el XVIII, también introducen su apuesta por la liberación de las gabelas de los cotos señoriales y monásticos mediante pagos a plazos, llegando a convertirse en «concejos aparte»". ALBERTO PIQUERO, "El Comercio", 15/06/12.