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12/08/2020
LAS LÁGRIMAS DE SAN LORENZO EN GIJÓN
Texto escrito por el Secretario de la Junta Directiva del Ateneo Jovellanos, Fidel García Martínez, Catedrático Lengua Literatura Doctor Filología Románica.

LAS LÁGRIMAS DE SAN LORENZO EN GIJÓN
Las noches que siguen al día en el que la Iglesia Católica celebra el nacimiento del gran mártir San Lorenzo, también este año terrible marcado por el Covid-19, las estrellas producen espectáculos, que podrán sustituir a luces fugaces de los fuegos artificiales, de la noche mágica de Begoña, algo que algunos consideraban imposible, pero que ha sucedido en Gijón. Donde San Lorenzo tiene lugares emblemáticos como paseo de San Lorenzo con su playa del mismo nombre, singular; la parroquia neogótica en el corazón de Gijón de la que es titular con su magnífico retablo, en el que además de las representaciones de los misterios de la vida de Cristo, destaca el icono del santo mártir oscense con sus atributos martiriales: la palma y la parrilla en que fue asado vivo.
La Fiesta de San Lorenzo siempre ha tenido en toda España, especialmente en Huesca su patria nata, como también en Madrid en cuya sierra se encuentra el monasterio de El Escorial, construcción grandiosa del genial Herrera, arquitecto de Felipe II, tanto más grande cuanto más la imperofobia y la leyenda negra se ceba en él sin más argumentos que la mentira.
Felipe II mando construir el gran símbolo de su imperio donde nunca se ponía el sol en forma de parrilla, instrumento donde fue quemado vivo el Joven Diácono por el déspota romano, por servir a los pobres a las viudas y ancianos y niños con los bienes de la iglesia, que quería arrebatar para sus miserables pasiones. No faltan hoy políticos que en nombre de su particular concepción de la justicia proletaria pretenden imponer gravámenes injustos a los bienes que la Iglesia destina a los más pobres y descartados, quienes cada vez en más numero acuden a sus múltiples instituciones para satisfacer las necesidades: comer vestir y ayudar a pagar los servicios más elementales, la luz, agua y la vivienda. Mientras se gastan los impuestos en algunas actividades políticas sin ningún fin noble y digno.
Desde las suaves alturas que rodean Gijón los amantes de los astros se preparan para poder contemplar en las noches estrelladas, las llamados lágrimas de son Lorenzo, que es la forma con las que las estrellas celebran y se suman a la gloria martirial de San Lorenzo. El hombre postmoderno, que dice abominar de los mitos clásicos ha vuelto a ellos con actitudes supersticiosas, y repite los mitos de los caballos alados y los carros o personajes mitológicos vagando por espacios siderales, traducidos en los imposibles horóscopos hechos, mito Perseo. Todo a pesar de que los hipótesis astrofísicas no ven sino partículas de polvo de tamaño irregular que se desprenden de algún cometa que sigue su órbita y se encienden al contacto con nuestra atmósfera y pregonando la gloria del Creador del Universo. Las estrellas también son creaturas de Nuestro Señor como diría el más grande de todos los ecologistas, Francisco de Asís.
Fidel García Martínez